Fotografía y ciudad
[Escrito en contexto del taller “La ciudad no vista” de Jorge Miño”
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Hace no mucho tiempo, se pensaba
que al dormir las personas se acercaban a otra dimensión; lo que entonces
hubiera de suceder era vital, ya que podía determinar a la vida fuera del
sueño.
Otras culturas no tan lejanas piensan a la
vida humana entera como el gran sueño de un soñador eterno. Otras, dicen que no
hay sueño ni soñador.
La ciudad nos sueña. Y, si es
verdad que la ciudad son las personas que la viven, no es menos cierto que los
que vivimos la ciudad también somos ella. Soñamos y somos soñados.
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Pero, la ciudad nos excede. Y,
aquel golem que no duerme se alimenta de nosotros, de nosotras. Es la ciudad el
fruto del esfuerzo humano, uno más en el intento de volver estático-sedentario
a lo fluido. Congelar el manantial. Va-po-ri-zar-lo.
Más, ¡el intento es vano! Algo de
la vida siempre se filtra entre las rejas que resguardan los edificios y los
rayos de luz por detrás de los semáforos. Algo de vida siempre se extiende por
debajo de la puerta del sueño.
Busco eso, yo busco eso: busca la
vida que se le escapa a la ciudad.
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| Soy un árbol saliendo de la ventana |
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| Mi frente es el árbol . |
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| Frente y árbol |
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| Persiana |
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| Restos de Disney |
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| Toldo |
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| Veo-te |
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| Son picos los más altos del cielo, los picos |
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| Flor |
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